Cuando vas al cine, es importante saber qué tipo de película esperas para no decepcionarte. En el género de acción, todos sabemos a lo que vamos: escenas de peleas, tiroteos y explosiones, donde la trama no siempre es lo primero. El público busca espectáculo, y Nadie 2 cumple con eso, pero no mucho más. La primera Nadie fue un éxito inesperado, una de las primeras películas post-pandemia que, junto a Tenet, animó a la gente a volver a las salas. Su protagonista, interpretado por Bob Odenkirk —inolvidable por Better Call Saul—, era un hombre corriente, un “don nadie” con una rutina monótona de trabajo y familia, pero con una furia contenida que explotaba de forma espectacular. Esa idea de un tipo común con una doble vida violenta, que cualquiera podría imaginar al pensar “¿qué haría si tocan a mi familia?”, fue el germen de una cinta que conectó con el público por su frescura.

El gran problema de Nadie 2 es que repite la misma fórmula. Al principio, parece que será diferente: la trama arranca con el protagonista y su familia de vacaciones, sugiriendo un tono más relajado y familiar. Pero conforme avanza, uno recuerda la primera película y adivina exactamente por dónde irá la historia. Los mismos personajes regresan, los conflictos son idénticos y el villano, esta vez interpretado por Sharon Stone, es un calco del anterior. Esto decepciona un poco, porque la original destacó por la novedad de un personaje que evocaba a Saul Goodman, con ecos de Mentiras Arriesgadas de James Cameron, con esa dualidad entre una vida cotidiana y una secreta, o incluso John Wick que fue precisamente la saga que marcó un antes y un después en el género de acción, elevando el listón con sus coreografías impecables. Aunque Nadie 2 comparte productores con John Wick y se nota en algunas escenas de acción, no alcanza ese nivel, ya que su historia es demasiado simple, casi rozando lo ridículo, como la saga de Wick, donde el protagonista nunca logra retirarse.

La trama de Nadie 2 es predecible: un mafioso con una fábrica de armas, rodeado de matones que parecen imbatibles pero caen de forma casi cómica, un esquema visto en muchas películas de acción. Esto resta puntos, porque repetir lo ya conocido no aporta nada nuevo. En cuanto a la música, sigue el estilo de John Wick, con temas electrónicos y canciones de rock de los 70 y 80, aunque esta secuela usa algo más de música original. Destaca la aparición de RZA, leyenda del rap y miembro de Wu-Tang Clan, que interpreta a un personaje con un toque filosófico, meditando en la historia. Sin embargo, su presencia no logra elevar la película.

Lo mejor de Nadie 2 son, sin duda, las escenas de acción, pero si buscas una historia más elaborada, te quedarás con las ganas. La película empieza y termina casi igual que la primera, sin arriesgarse a innovar. Aunque cuenta con actores icónicos como Christopher Lloyd —recordado por Regreso al Futuro— y Sharon Stone, su talento no compensa la falta de originalidad. Son nombres que han dejado huella en el cine, pero hoy no tienen el mismo reconocimiento, y su inclusión parece más un guiño nostálgico que un aporte sustancial.

En resumen, Nadie 2 es una ligera decepción. Si disfrutaste la primera, puede que esta te entretenga, porque ofrece más de lo mismo: acción sólida y un protagonista carismático. Pero si esperas algo diferente, como una trama más novedosa, te sentirás insatisfecho. Es un calco intencionado de la original, tanto en argumento como en espíritu, lo que la hace predecible. Para los amantes del género de acción, cumple, pero no sorprende. Es una película que se queda en la cantidad ofreciendo más de lo mismo, no en la calidad.

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