El sol atravesaba la cristalera de aquella cantina, creando una columna de luz hasta el piano de pared. Pasábamos los días mirando afuera, jugando a las cartas y divagando y cortando y quemando muebles y libros. Como cada noche una luz azul se acercaba tras la maleza y permanecía allí emitiendo un sonido como de un instrumento de aire que iba y venía, y así hasta poco antes del amanecer, cuando un viejo con los pantalones bajados izaba una bandera blanca y se iba. Nuestra situación empezaba a resultar ridícula, los actores y parte del equipo convivíamos allí porque así es el protocolo. Hará un par de años que todo se volvió imprevisible y no querían que fallásemos. En el hangar no había ni aviones, ni personal contratado, ni torre de control, nada. De hecho tuvo que construirse un aeropuerto en doce horas y colocar algunas imágenes en internet y tomar algunas capturas con satélite. Hasta donde sé, el poblado de Boardman no existía y el lago Umatilla no era tan ancho como lo es ahora pero pensaron que existía la posibilidad de que se enamorase de una chica llamada Ava, que estaría sentada al borde del rio Columbia y con la que hablaría y quedarían y acabarían teniendo sexo la misma noche y los días siguientes montarían en moto acuática y se besarían frente a frente en la misma moto acuática al atardecer, algo lo suficientemente bello que a ambos les parecería que quizá debían comenzar una relación. Pero todo era una hipótesis porque buscó en internet otros lugares y la chica volvió a Bozeman, Montana, donde trabaja en una pastelería y casualmente descubrió www.garciabrothers.es Lo más interesante es que ella viajó hasta el poblado de Boardman porque tres meses antes Ava rompería con su novio y su amiga Olivia la invitó a pasar allí la primavera, y ese día, en el que podría conocer a José Luis, Ava decidiría dar un paseo hasta el lago para ver el atardecer y porque algo en su corazón le decía que al otro lado del mundo el posible amor de su vida escribía un relato sobre una ciudad a la que nunca ha visitado y que si no fuera porque la vida a veces es graciosa, nunca se habría fijado en este pueblo tan bello del oeste de los Estados Unidos al que le escribiría un relato. Y mientras escriba, y solamente escriba, y no venga hasta aquí, seguimos a la espera, hasta no sé cuando, esperándole, haciendo tiempo, aparentando tener una vida y haciendo como si el universo entero girase en torno a él.

José Luís García 17 de abril de 2023

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